Una operación conjunta de Vigilancia Aduanera, la Policía Nacional y la Guardia Civil sirvió para detectar la llegada de un pesquero procedente de Brasil con 1.500 kilos de cocaína a bordo (pesaje provisional) que en la madrugada de este jueves fue custodiado hacia el puerto de Las Palmas de Gran Canaria (España) por el patrullero Cóndor, el último navío botado por la Agencia Tributaria para la lucha contra el narcotráfico internacional.

El operativo que se saldó con el abordaje del barco, que ocultaba unos 60 fardos de droga, se desarrolló en plena Ruta Atlántica Africana, y supone una muestra más de la gran actividad de narcotráfico en esa zona del planeta para unir Sudamérica con Europa. Pone de relieve, además, la importancia de las islas Canarias, lugar en el que se están asentando muchas de las principales mafias a nivel mundial, tal y como reveló Antonio Duarte, jefe de la Udyco Central de la Policía, en una entrevista reciente en este diario.

A falta de investigaciones más profundas, los seis tripulantes del pesquero, de nombre Efesios y que se halla en un deficiente estado de conservación, han sido detenidos, y se espera que el juez orden su ingreso en prisión. Mientras, los cuerpos actuantes trabajan para conocer la identidad de los organizadores del narcotransporte.

El abordaje por el patrullero ‘Cóndor’ de Vigilancia Aduanera, en el que se encontraban embarcados agentes de Policía Nacional y de Guardia Civil, ha sido realizado en un contexto de duras condiciones meteorológicas. En el trascurso de la operación se ha procedido a la detención de los seis tripulantes del pesquero, cinco de nacionalidad brasileña, incluido su capitán, y uno de nacionalidad venezolana.
El operativo, fruto de la colaboración internacional a través del Centro de Análisis contra el Narcotráfico Marítimo en el Atlántico (MAOC) y coordinado por el Centro de Inteligencia con el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), se ha desarrollado bajo unas condiciones muy adversas por la existencia de un temporal de fuerza 7 y fuertes vientos. Además de las condiciones meteorológicas, se añade la dificultad de navegar de regreso a puerto con un pesquero en mal estado, con una vía de agua en la zona de máquinas, y cuyos motores se detuvieron en medio de la noche.
