Una operación conjunta de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera con competencias en el Campo de Gibraltar (España) sirvió para detener a un individuo que llegaba en un mercante procedente de Sudamérica como polizón, en relación con un alijo de unos 100 kilos de cocaína que eran transportados en la zona de las cadenas del ancla de la embarcación. Así lo señalan fuentes de la Asociación de Funcionarios de Vigilancia Aduanera (AFVA) de Campo de Gibraltar.
Los agentes entienden que el sospechoso tenía la intención de arrojar la droga en un punto concreto, en altamar, pues los fardos estaban muy bien cubiertos con plásticos y redes y dotados de dispositivos de localización, de forma que fuesen otros miembros de la organización los que los recogiesen en tierra.
El sistema es muy habitual, con droga en puntos de difícil acceso de los barcos. Sin embargo, la presencia de polizones en los mismos no es tan común, dada la dificultad de infiltrarse en los buques y los peligros de recorrer el Atlántico en puntos que no están habilitados para la estancia de personas.
