Autoridades de la Guardia Nacional Republicana (GNR) de Portugal y sus compañeros de la Polícia Judiciária (PJ) desarrollan a lo largo de este domingo una investigación tras el hallazgo de 1.700 kilos de cocaína procedentes de un mismo alijo intervenido en una de las playas de Peniche, en el centro del país, y en una zona boscosa ubicada a medio camino entre Nazaré y Lisboa. El operativo incluyó, además, algo inesperado: la localización de un cadáver que, según todos los indicios, sería el de uno de los narcotraficantes que formaba parte de una red de origen gallego que alcanzaron la costa portuguesa en la embarcación.
Se da la circunstancia de que horas antes de la llegada de la narcolancha a puerto, las autoridades portuguesas habían identificado a cinco personas, entre ellas tres gallegos, además de un colombiano y un italiano, en disposición de partir hacia el mar con gran cantidad de combustible en una embarcación. Lo más probable es que esta acción policial haya obligado a la narcolancha que contenía el alijo a llegar a la playa, dado que carecería del combustible preciso para intentar alijar en un lugar seguro para ellos. Eso les habría obligado a dirigirse a Peniche en una maniobra de riesgo para ellos en la que finalmente perdieron la droga, si bien consiguieron escapar. Todos salvo uno de ellos, que, por causas que ahora se investigan, probablemente un accidente en la llegada a la costa, falleció en el mismo lugar. Serán los médicos forenses los que, en todo caso, confirmen las causas del fallecimiento.
La procedencia de los sospechosos, de Galicia (España), Colombia e Italia, da una idea de que la red que pretendía introducir el alijo era muy importante. Se piensa que la droga decomisada es solo una parte de un gran cargamento que se encontraba frente a las costas de la Península Ibérica y cuyo grueso logró entrar en el territorio en otras embarcaciones que no pudieron ser detectadas.
Por ahora no se han ofrecido datos acerca de la identidad del fallecido, que vestía traje de neopreno cuando fue hallado sin vida cerca de la narcolancha en la playa del centro de Portugal. La creciente presión policial en Galicia ha hecho que los clanes de las Rías Baixas hayan apostado por alijar más al Sur para dar servicio a sus socios colombianos y del resto de Europa.
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