La actual situación de ‘tormenta perfecta’ de alijos de droga a nivel internacional, en relación directa con un gran incremento en el consumo, se manifiesta, poco a poco, en todos los escalones del ilícito negocio. Así lo explica el inspector, jefe del Grupo I de la Udyco de la Policía Nacional de Pontevedra, que efectúa una minuciosa radiografía de la situación en la ciudad y en la provincia del Noroeste de España. Responsable de un equipo que multiplica esfuerzos para hacer frente al crimen organizado a mediana escala y también a los puntos negros del casco urbano, destaca la “excelente colaboración” con la Policía Local en este último escenario. “Tienen mucha información”.
“Nos ocupamos de asuntos de crimen organizado y tráfico de drogas respecto a entidades de un nivel medio alto. Por otra parte, cuando detectamos conflictividad en determinados puntos de la ciudad basándose en informaciones que vamos recibiendo en el casco urbano de Pontevedra, centramos la atención en ello. Son los puntos negros como los que hemos desarticulado la semana pasada”. El inspector habla de los dos operativos recientes en Pintor Laxeiro y Os Salgueiriños.
“Ahora mismo hay muchísima droga en el mercado, en grandes cantidades. Eso afecta directamente a todos los escalones inferiores. Las grandes organizaciones van repartiendo en las distintas escalas y eso se va notando. Los puntos de venta proliferan en la ciudad, en distintos lugares. Hay mucha droga y está a un precio bastante bueno. Estamos atacando a los que tienen un mayor impacto entre los ciudadanos”, explica.
“Si es un punto de menudeo se producen muchas visitas, peleas por deudas, clientela que adquiere dosis para varias personas, y todo eso genera problemas. Hemos detectado que en ocasiones consumen en las inmediaciones de los domicilios o en los rellanos de las escaleras”, detalla, y eso, lógicamente, altera la tranquilidad de los vecinos.
Sobre lo que sucede después de las detenciones de estas personas, el inspector de la Udyco asegura que tras salir en libertad “tienen un pequeño período de inactividad. Si no les hemos incautado toda la sustancia, porque la suelen tener repartida entre distintos puntos, siguen vendiendo para pagar las deudas que puedan tener. Poco a poco recuperan su actividad, y lo hacen hasta que sale el juicio. Prácticamente, el cien por cien de las operaciones que hacemos acaban en sentencia condenatoria, son casos muy acreditados, y es en ese momento cuando se erradica totalmente el foco”.
En cuanto a los tipos de drogas que más se ven en Pontevedra, predominan la cocaína, la heroína, el hachís y marihuana. “Aunque hemos hecho alguna operación en la que se ha encontrado MDMA, éxtasis y otras drogas de diseño, en Galicia no están extendidas”. En cuanto a la pureza, la media es “del 60 para arriba, y siempre más la cocaína. Nos encontramos con sustancia con el 90 por ciento de pureza en los domicilios”, aclara el responsable policial. La gran mayoría de la droga que se distribuye a menor escala en Pontevedra proviene de la propia provincia, con Vilagarcía o Cambados como puntos típicos de suministro.
“Las personas que se dedican a la venta al menudeo son gente consumidora que, para mantener su propio ritmo, necesitan ingresos. Son personas con trabajos esporádicos, pensiones, y de un perfil social bajo. Aprovechan que son drogodependientes para adquirir ocho o diez gramos, cortarlos y venderlos otra vez”, apunta el investigador.
Por lo que respecta a la mediana escala, el perfil es distinto. “Hay gente que aprovecha que está dada de alta como autónoma, en ocasiones mediante algún negocio de hostelería sin apenas actividad, que utilizan para justificar sus ingresos con la venta de drogas”. En Pontevedra, en las últimas operaciones, se ha visto que las personas que están detrás de los puntos de mediana escala pueden manejar un kilo de sustancia. Entre las personas que se dedican a la venta de drogas a mediana escala se están detectando a personas de fuera de Pontevedra que conviven con las originarias de la ciudad.
Un aspecto que define a quienes venden droga en Pontevedra es la ausencia de violencia. “No hemos detectado ajustes de cuentas, son personas bastante tranquilas, salvo las peleas entre ellos. No son grupos violentos. En los registros no solemos encontrarnos con instrumentos peligrosos, al menos por el momento”.
Actualmente, hay más puntos de venta en Pontevedra a mediana escala que antes de la pandemia, según desvela la Udyco, “Ha influido lo que ha sucedido en O Vao, porque allí estaba todo centralizado. Tras las últimas operaciones que hizo allí la Guardia Civil, alguna en colaboración con la Policía Nacional, se ha detenido el tráfico allí. La cercanía con la ciudad ha hecho que lo que ocurría en O Vao se haya trasladado al casco urbano, principalmente en pisos alquilados que suelen estar ocupados poco tiempo, tienen mucha movilidad”.
El hachís procede del Sur. “Hay determinadas mafias que bajan en vehículos y suben con cantidades de entre 100 y 150 kilos. Tienen sus centros de almacenamiento ya en la provincia, desde los que distribuyen a mediana escala la sustancia que llega al consumidor”, detalla el jefe del grupo I de la Udyco. La heroína que llega a Pontevedra proviene, según las informaciones que tienen, de un punto de acopio del área de Vigo, pero no hay cantidades desmesuradas.
La cocaína llega en su mayor parte de O Salnés, “como ha ocurrido siempre, pero en mayor cantidad. También hemos detectado últimamente entradas de esta droga por otras vías, como Madrid”. La marihuana, por último, “se adquiere en la propia provincia, con los cultivos que se dan. Se han visto ejemplos hace pocos meses. No existen tantos como en otros lugares, como puede ser Cataluña, pero sí hay los suficientes”.
“Hay mucho consumo de drogas. Pensamos en las tendencias como una de las causas. Lo cierto es que en los puntos de venta de drogas de Pontevedra no solo vemos a toxicómanos, sino a gente de todos los perfiles, personas con sus buenos trabajos o sus trabajos intermedios. Especialmente si hablamos del consumo de cocaína, nos encontramos con todos los perfiles. En la heroína es distinto, ya nos encontramos con personas más deterioradas. Por último, en cuanto al hachís y a la marihuana, vemos a una mayoría de personas jóvenes”.
Y en ese punto, el responsable policial realiza una reflexión. “En el momento en el que alguien que está en el poder ve bien, o viable, o aporta una opción a que la sustancia se pueda legalizar, la gente entiende que eso no es dañino, y eso es mentira. Muchas de las enfermedades psiquiátricas que se están viendo en personas de mediana edad derivan del consumo de sustancias como hachís y marihuana, que deterioran mucho el sistema nervioso. A unos le afectará más que a otros, pero cada vez se aprecian más problemas psiquiátricos, muchos de ellos debidos al consumo de la sustancia. Que la gente no se equivoque. No es bueno, pese a que haya gente que está en el poder que diga lo contrario. Son drogas que hacen daño y no se pueden tomar a la ligera”. El investigador advierte de que “ya no se inician con el tabaco, se inician directamente con la marihuana, Piensan que si lo quieren legalizar no será tan malo, y eso no es así”.
“Es muy importante que los ciudadanos colaboren sin miedo. Toda la información que nos llega la tratamos de forma completamente confidencial. Pedimos que nos llamen o que se acerquen a la Comisaría, y nosotros investigaremos su asunto”. El inspector hace así un llamamiento a los vecinos para que denuncien aquellos hechos ilícitos que perciban.
