Una operación conjunta del Servicio de Vigilancia Aduanera, la Policía Nacional y la Guardia Civil desembocó en el abordaje de un gran carguero procedente del puerto brasileño de Santos y que se dirigía a Europa con un cargamento de 3,5 toneladas de cocaína ocultas, en buena parte, en la zona reservada para la extinción de incendios de las bodegas de la embarcación. El barco, la droga y la tripulación llegaron a mediodía de este jueves al puerto de Santa Cruz de Tenerife con la escolta del Fulmar, buque insignia de la Agencia Tributaria.
El navío, de nombre Blume y bandera togolesa, pertenece a una empresa de Hong Kong, lo mismo, curiosamente, que el que llegó al puerto italiano de Savona esta misma semana con una tonelada de la misma droga y que también partió del puerto de Santos, en Sao Paulo.
El abordaje no resultó sencillo por la gran cantidad de presuntos narcotransportistas presentes en el mercante, todos ellos detenidos, pues tendrían conocimiento del negocio ilícito que estaban llevando a cabo.
En cuanto a la posible ruta de la cocaína, existen dos alternativas objeto de investigación. La primera, que el objetivo fuese una descarga en la zona de Dakhla, al Oeste de África, un sistema cada vez más utilizado últimamente por redes narco que operan desde Sudamérica, para un posterior transporte a Europa por distintas vías. La segunda, que la droga continuase camino con el mercante hacia el Norte. El destino previsto del mismo era Riga, en Letonia, y en su singladura se incluía un paso por una zona muy cercana a las costas de Galicia, a menos de 100 millas, lo que facilitaría mucho la llegada de las famosas planeadoras para la recogida de la mercancía ilícita en altamar.
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