Autoridades de las Fuerzas Armadas de México hicieron balance en la tarde de este viernes de la operación que culminó con la detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos de El Chapo y que se produjo durante la madrugada de este jueves en la ciudad de Culiacán, en Sinaloa. El secretario de Defensa Nacional, Cresencio Sandoval, explicó que los narcoterroristas se reagruparon para intentar rescatar al capo, movimientos que se saldaron con la muerte de diez militares, además de con 35 heridos.
El jefe de la Defensa de México explicó que en total fueron detenidos 21 supuestos narcos, incluido el capo de Sinaloa, y que fueron incautados 4 fusiles Barret calibre 50, 6 ametralladores calibre 50 y 7.62, 26 armas largas, 2 cortas, 111 cargadores abastecidos con cartuchos de diferentes calibres, 595 cartuchos de diferentes calibres, 2 chalecos antibalas, 13 autos y 40 vehículos inutilizados, 26 de ellos blindados.
“Con estas acciones el Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional, reafirman la indeclinable decisión del Gobierno Federal por continuar actuando contra la delincuencia organizada, atendiendo las necesidad que la sociedad demanda y refrenda su compromiso de velar y salvaguardar el bienestar d los ciudadanos, garantizando la paz de las y los mexicanos en el país”, dijo el general Sandoval, que explicó que las aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana fueron objeto de ataques con distinto armamento, llegando a efectuar dos aterrizajes de emergencia. Sandoval añadió que no se registraron víctimas entre la población civil, sí entre los narcos, que contaron con 19 muertes en sus filas.
En la tarde de este viernes se habían suspendido vuelos en dirección a la ciudad de Culiacán y, según informaron medios locales, los colegios permanecen cerrados por seguridad de la población.