Braulio se enfrenta a a diez años de cárcel en la Audiencia de Pontevedra

Se trata de uno de los presuntos mirlos blancos del narcotráfico gallego / Fue detenido por la Policía Nacional como supuesto organizador de una red que enviaba cocaína a Barcelona / Tiene pendiente una segunda causa por las 3,8 toneladas del mercante Karar
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El jefe de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional, Antonio Duarte, descolgó el teléfono a finales de enero de 2019 para felicitar a la Udyco de Pontevedra. Acababan de atrapar a Braulio V., «objetivo de alto valor» para la Policía Nacional por su supuesta implicación en el tráfico de cocaína a gran escala en las Rías Baixas (Galicia, España). Narcotraficante de la nueva ola y aliado directo, presuntamente, de Juan Carlos Santórum, otro de los nombres más conocidos del negocio en Galicia en la actualidad, se estrena en la Audiencia Provincial para enfrentarse a una posible pena de diez años de cárcel.

Registro en su domicilio / Policía Nacional

El fiscal Antidroga le considera responsable de un grupo criminal dedicado al envío de importantes cantidades de droga desde Vilanova de Arousa a puntos como Barcelona empleando coches caleteados. Uno de esos pases fue interceptado por los agentes de la Comisaría de Pontevedra, que le detuvieron junto a sus colaboradores más cercanos. En su casa tenía un laboratorio para el procesado. Braulio, con un expediente inmaculado hasta entonces, iría a prisión, por dos veces: tras salir por la citada causa, volvería a ser detenido junto al citado Santórum tras la interceptación de las 3,8 toneladas de cocaína que llegaron a Galicia en el mercante Karar.

Su última detención / Policía Nacional

En su escrito previo al juicio previsto para este jueves, el Ministerio Público explica que los tres acusados se organizaron para asumir diferentes tareas dentro del grupo, con el objetivo de adquirir, manipular, transportar y comercializar diferentes partidas de cocaína desde Vilanova hasta Barcelona. Para ello, utilizaban vehículos modificados para dotarlos de compartimentos ocultos en dobles fondos en los que ocultar la droga. La Fiscalía indica que Braulio era el que dirigía las actuaciones desde su domicilio, estableciendo los contactos necesarios, tanto para disponer de la cocaína como para determinar a quién vendérsela.

Por su parte, otro de los acusados se encargaba del transporte de la droga y el tercero tenía como labor la disposición de los vehículos empleados en los viajes. Las investigaciones de la Policía Nacional permitieron concretar que se realizaron transportes de estupefacientes a Barcelona al menos en los meses de julio, octubre y diciembre de 2017 y marzo y junio de 2018. Fue en 2019 cuando se interceptó un coche con más de cuatro kilos de droga por valor de más de 140.000 euros.

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