La operación policial desarrollada en mayo de este año al amparo de Eurojust y que sirvió para acabar con un triángulo de narco y blanqueo entre Italia, Holanda y España (con una galería de arte de Ámsterdam en el centro del escenario) fue el primer paso para centrar el paradero de Vicenzo Amato, histórico representante de alto rango de la Sacra Corona Unitá, una de las organizaciones mafiosas más potentes de Italia.
Pocas semanas después de la redada internacional contra el tráfico de cocaína, hachís y blanqueo de capitales, los agentes de la Udyco Central dieron con el narco, prófugo desde 2016 y que se hallaba junto a su pareja en Benalmádena, en el corazón de la Costa del Sol.