El perro adiestrado Odín, integrante de la Aduana francesa que opera en el recinto portuario de Marsella, resultó vital para el hallazgo de un importante alijo de cocaína que llegó a Francia desde Martinica, en el mar Caribe, en el interior de sofás.
La droga y los sofás se encontraban dentro de un contenedor marítimo procedente del citado enclave centroamericano. En total, y tras el oportuno pesaje de los paquetes, fueron decomisados 71,6 kilos de droga con un importantísimo valor en el mercado ilícito del Sur de Europa.