Hace escasas fechas, las policías de España, Francia y Colombia, con apoyo de la DEA, desmantelaron la red criminal de un francés de origen argelino afincado en Dubái. Pensaba transportar 22 toneladas de azúcar impregnadas de cocaína hasta España, vía Le Havre.
El resultado, la incautación de una cantidad de cocaína difícil de determinar reducida a pureza pero que, con total seguridad, alcanzaría al menos las dos toneladas.