Durante un control en el puerto de Róterdam, el Harc Team de la Aduana encontró a finales de la semana pasada un cargamento de 1,080 kilos de cocaína. La droga estaba escondida en un contenedor procedente de Nicaragua cargado de maní, una variedad de cacahuete.
El contenedor ha hecho todo un recorrido. A través de un puerto en Nicaragua primero hizo tránsito en Panamá, luego pasó por Colombia y de allí a Róterdam. Los estupefacientes, con un valor en la calle de 81 millones de euros, estaban en 30 bolsas deportivas. Los cacahuetes estaban destinados a una empresa en Polonia. Esta empresa parece no tener nada que ver con el contrabando. Dado el largo viaje del contenedor, se desconoce el punto concreto de carga, que podría ser tanto en origen como en Panamá o Colombia.
Mientras prosiguen las investigaciones, el Harc Team ya ha procedido a la destrucción de la cocaína decomisada.
