El cabo Quique, integrante de la Guardia Civil de Mos (Pontevedra, Galicia, España), que robaba partidas de cocaína para Marino Giménez, destacado integrante del clan gitano de Los Morones, ha sido condenado a seis años de prisión y a once de inhabilitación. El dictamen, emitido por la Audiencia de Pontevedra a instancias del fiscal Antidroga de la provincia, Pablo Varela, adquiere firmeza ahora que el Tribunal Supremo inadmite el recurso presentado por la representación legal del agente, que empleaba su coche oficial para requisar droga que recibiría el hermano del rey de los gitanos, con quien mantenía tratos para el ilícito negocio.
En el juicio, tanto Giménez como el resto de acusados decidieron reconocer los hechos, todos excepto el agente. Unos adquirían la droga en O Salnés, la zona más caliente en cuanto a llegada de cocaína en España, otros la recibían tras las incautaciones ficticias (vuelcos encubiertos) que realizaba Quique en su área de influencia empleando vehículos oficiales. Simulaba un registro e incautación después de recibir información de la llegada de la droga por parte de su jefe, para después entregársela ‘sin cargo’. De ese modo, el guardia y el miembro de la cúpula de Los Morones robaban la droga a los narcos.
Ello fue así hasta que la Policía Nacional, por medio del Grupo de Tráfico Medio de Estupefacientes de Pontevedra, detectó la presencia del destacado miembro de Los Morones en un punto concreto de O Salnés y en relación con narcos. Tirando del hilo, la Policía logró determinar el punto en el que se iba a realizar uno de esos vuelcos con el coche oficial de la Guardia Civil, lo que hizo que policías de paisano arrestasen a guardias de uniforme en una escena con pocos precedentes.
En virtud del acuerdo y con la atenuante de confesión, Giménez se libró con una pena de apenas tres años de cárcel. El resto de investigados lograron incluso menos. A todos se les tuvo en cuenta la atenuante de dilaciones indebidas por el colapso judicial. Hechos de 2014 tienen su resolución en 2022. El peor parado, el guardia civil corrupto.
