La Armada de Colombia, en colaboración con el Ejército Nacional y coordinada con la Policía Nacional, realizó la destrucción controlada de diez dragas artesanales (equipos para excavar material debajo del nivel del agua y después elevarlo hasta la superficie) y 20 motores tipo motobomba en el área general de Caucasia, Antioquia. Las diez dragas artesanales presuntamente eran empleadas para labores de explotación ilícita de yacimientos mineros sobre el río Cauca, siendo esta una práctica prohibida por su alto impacto y el daño ambiental que ocasiona la maquinaria y el uso del mercurio.
La constante tareas de control y vigilancia en las principales arterias fluviales permitió el desarrollo de esta operación logrando detectar estas acciones de minería ilegal en la región. Con esta destrucción se da un duro golpe al sistema financiero del Grupo Armado Organizado -GAO- Clan del Golfo, quienes dejan de recibir mensualmente 24 millones de pesos, producto de la actividad ilícita.