La Guardia Civil ha detenido a cuatro personas como presuntas autoras de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas y un delito de pertenencia a organización criminal en la provincia de Burgos, en el Norte de España. Esta actuación ha permitido además destapar un entramado de empresas dedicadas al cultivo de cáñamo con fines industriales, cuyas cosechas se redirigían al mercado ilícito.
La línea de investigación abierta lleva hasta dos localidades de la provincia de Badajoz. En cada una de ellas se localiza una plantación de cáñamo que es inspeccionada; una en invernadero con dos hectáreas de extensión y la segunda en abierto de cinco; el resultado constata una producción total de 10.000 plantas en ambas fincas para uso industrial, muchas ya transportadas a Burgos.
Se corrobora la existencia de varias empresas que supuestamente amparan no solo la producción de cáñamo (cannabis sativa) industrial/medicinal -para obtener fibras, semillas o grano de la planta-, sino también el transporte de la cosecha, tratamiento y su posterior destrucción, y se identifican a cuatro personas implicadas en el entramado que gestionan, asesoran, realizan funciones de logística y llevan a cabo labores de cultivo para estas mercantiles.
Cabe destacar el pormenorizado y exhaustivo estudio de la documentación aportada por los empresarios para confirmar que carecen de autorización para realizar actividades relativas al cáñamo y que se encuentran inhabilitados para manipular estupefacientes (cogollos o sumidades floridas), aunque durante los registros a las naves se halla maquinaria para la extracción y separación de cogollos y tallos, lo que confirmaría el interés en la obtención de la droga. Las pesquisas desmontan la falsa cobertura legal ya que tampoco aportan justificación documental del destino legal de la materia obtenida en el proceso. Hay tres detenidos en la provincia de Burgos: E.G.B. (34) -como principal cabecilla con roles de dirección, supervisión y la comercialización del producto en fase final-, L.G.L.A. (33) y G.M.C. (25); y un cuarto, J.E.G.P. (61), en la de Badajoz.
La Guardia Civil desarticula así una organización criminal, jerarquizada, estructurada, con reparto de funciones y dotada de cierta logística, que emplea empresas legalmente constituidas para amparar el cultivo del cáñamo, dar cobertura a sus transacciones y bajo esta falsa lícita actividad desviar las plantaciones al tráfico de drogas, mediante su distribución y venta clandestinas.
Se han llevado a cabo dos registros donde se han aprehendido 115 kilogramos sólo en cogollos de marihuana (desechando tallos y hojas) e inspeccionado dos plantaciones para intervenir 4.000 unidades de cáñamo en fase de crecimiento. En total se ha evitado el tratamiento y aprovechamiento de 10.000 plantas cuyo destino final era la obtención de marihuana y su posterior introducción en el mercado negro.