La Receita Federal intervino 78,5 kg de cocaína que estaban escondidos entre la estructura y el motor de un contenedor refrigerado en la tarde del viernes en el puerto de Itapoá, en Brasil. En esta ocasión la la droga estaba en un contenedor que llegaba del exterior, en un barco que partía de Newark, en Estados Unidos. Algo similar sucedió hace algunas semanas en el mismo país y con la misma procedencia, con un alijo en un contenedor que partió de Filadelfia.
Las tabletas de cocaína estaban almacenadas junto al motor frigorífico del contenedor, que generalmente se utiliza para carga no perecedera. El contenedor estaba vacío y regresaba del extranjero cuando el Servicio de Impuestos Internos realizó la inspección a través de “escáneres” y notó la discrepancia en las imágenes. Como Estados Unidos no es una nación productora de cocaína, la hipótesis más probable es que la droga se envió desde algún país de América del Sur y los traficantes no pudieron sacar la droga en el puerto de Newark. El contenedor habría seguido entonces las rutas marítimas hasta que fue localizado por la aduana brasileña.