El famoso bailarín español Rafael Amargo, detenido hace algunos meses como supuesto líder de una red de venta de sustancias estupefacientes que operaba en Madrid, se enfrentará a una posible condena a nueve años de prisión por un delito de narcotráfico. Eso es lo que contempla el escrito de acusación elaborado por la Fiscalía, que considera que se dedicaba a esta actividad de forma estable, lo que agrava los hechos que se le atribuyen.

El bailaor, por su parte, continúa con su vida pública en el teatro, y mantiene que las drogas que le incautó la Policía Nacional en el marco de la operación eran para su propio consumo, en ningún caso para la venta.
Frente a ello se sitúa el Ministerio Público de España, que considera que el artista no solo vendía drogas, la mayor parte de ellas de diseño (metanfetamina) en su domicilio de Madrid -fueron interceptados en el exterior dos compradores con dosis-, sino que también efectuaba entregas fuera de ese lugar mediante un colaborador que también está procesado.
