Manuel Charlín Gama, histórico patriarca del Clan más famoso del narcotráfico tanto en Galicia como en España, Los Charlines, falleció en la tarde de este viernes, 31 de diciembre, en las inmediaciones de su domicilio de Vilanova de Arousa (Pontevedra, España). Por el momento se desconocen las causas concretas, aunque las primeras hipótesis apuntan hacia una parada cardiorrespiratoria y una caída a las que no pudo sobreponerse. Tenía 89 años.
Charlín fue el primer gran enlace entre los antiguos contrabandistas gallegos y los narcotraficantes colombianos. Su organización criminal fue absolutamente pionera a la hora de utilizar sus medios marítimos para introducir hachís, primero, y rápidamente también cocaína, estableciendo alianzas históricas con Sudamérica que perviven a día de hoy a través de posteriores generaciones de la familia.
La Policía le señala, además, como un capo violento que no dudaba en ajustarle las cuentas a sus rivales. No dejó de traficar hasta sus últimos años. Así, fue detenido por última vez en 2018, tras la caída del buque Titan III atribuido al brasileño Sergio El Mayor Carvalho (actualmente fugado). De esa causa, sin embargo, consiguió librarse, pues no quedó acreditado que tuviese infraestructura para llevar a cabo el alijo.
Con Charlín se va el primer gran mito del narcotráfico gallego. Junto a Sito Miñanco y Laureano Oubiña, miembro del gran trío de la droga (en cuanto a fama) que ha operado en ese territorio de España como puerta de Europa de la droga desde los años 80 y hasta la actualidad.
Su fallecimiento le deja, además, sin responsabilidad criminal en una gran causa por blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico que aún tenía pendiente en la Audiencia Nacional en el marco de la operación Repesca.
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