La Receita Federal de Brasil incautó un cargamento de 40 kilos de cocaína que una gran red internacional de narcos pretendía enviar a Australia, donde esa droga se vende a 200.000 euros el kilo, el precio más alto del mundo. La droga estaba en bolsas de plástico transparente escondidas dentro de sacos de yeso en polvo, lo que hacía muy difícil su detección.
Como responsable del control aduanero en el país, el Servicio de Impuestos Internos busca asegurar un equilibrio entre la facilitación del comercio internacional y la seguridad aduanera, asegurando que las cargas no sean utilizadas como medio para cometer actividades ilícitas. La incautación de la droga, además de sacarla de circulación, confiere materialidad para futura condena penal.