La Dirección Nacional Antidrogas y la Armada Nacional de Ecuador desarrollaron una operación conjunta a unas 40 millas de las costas de Manabí, en pleno Pacífico. Todo comenzó con la detección de una lancha rápida sospechosa en la que se transportaba una importante cantidad de presunta sustancia ilícita que, tras el fin del trabajo policial, se comprobó que se trataba de 1.181 kilos de cocaína repartidos en 33 fardos.
En cuanto se supieron descubiertos, los presuntos narcotraficantes optaron por lanzar los sacos de yute al mar para poder aumentar su velocidad y darse a la fuga. Todos ellos, cerca de 1.000, fueron recuperados por las autoridades y trasladados a tierra, lo mismo que una boya satelital que las organizaciones suelen emplear para localizar sustancias en puntos concretos.
El área de Manabí ha sido escenario hace muy escasas fechas de una gran operación combinada de varias naciones en la que se abordaron de forma simultánea nueve embarcaciones investigadas por dar cobertura y apoyo a los grupos dedicados al tráfico de cocaína que operan en la región.