Un comando fuertemente armado y compuesto por unas diez personas, al parecer de origen de Europa del Este, irrumpieron en plena madrugada en el área portuaria de Dunkerque, al Noroeste de Francia. Los presuntos criminales formarían parte de una organización contratada para recuperar parte de un gran alijo de cocaína que fue transportado en el mercante Trudy, embarcación que fue interceptada por la Douane francesa. Los agentes aduaneros del país europeo hallaron 1,1 toneladas de cocaína, que fueron incautadas, y detuvieron a la tripulación. El barco permanece desde entonces en el puerto y, por lo que parece, la inspección del navío no habría sido correcta: los narcos entendían que el Trudy aún guardaría una importante cantidad de droga en algún escondrijo.
El secuestro, que se produjo a principios de semana, duró unas tres horas, según los medios de comunicación locales del área del Paso de Calais. Entre las dos y las cinco de la madrugada, la nueva tripulación del Trudy permaneció atada, tiempo empleado por los asaltantes para revisar el buque. Se desconoce si consiguieron su objetivo, pero lo cierto es que consiguieron escapar. La Policía Judicial de Francia continúa con las pesquisas para conocer los detalles de lo ocurrido e intentar detener a los asaltantes.
Se da la circunstancia de que el Trudy partió de Brasil, una de las mayores lanzaderas de cocaína hacia Europa en la actualidad, e hizo escala en el puerto español de Las Palmas antes de alcanzar el área jurisdiccional de Francia. Su destino final era Amberes, la mayor puerta de entrada de esta droga en grandes embarcaciones en la actualidad.
Un comentario